Según los orígenes de la psicología, la Psiquis y el alma son lo mismo. Y el cometido de esa maravillosa máquina que es el cuerpo es desarrollarla y cuidarla desde su despunte. El gran cometido de nuestra vida humana es encausar, hacer crecer y ayudar al alma a evolucionar. Llevarla a buen puerto. Nuestra alma será nuestra luz, nuestra defensa , nuestro camino y nuestra libertad.
El alma también se nos rompe, se nos enferma. Nuestra alma necesita de nuestras vivencias y de las gratas sensaciones que nuestro cuerpo nos puede proporcionar. Debemos alimentarla con alegrías, con esperanzas.
Las frustraciones en nuestros planes e ideas y también las sexuales y corporales en general deprimen , empalidecen, oscurecen y “enferman” el alma.
Al alma hay que escucharla con atención durante toda la vida con el oído del corazón. La ensoñación y la fantasía primero y luego la introspección , la reflexión y la meditación son los mecanismos que nos mantienen en contacto con nuestra alma, es decir con nosotros mismos. Con esa persona grande que hay dentro de nosotros, a veces oculta en las redes del cuerpo o en un entorno simplón y elemental. Hay que ir en la búsqueda de esa alma oculta, palpándola, llamándola, despertándola .
Un día, como en un parto indoloro, la sacarás a la luz. Y te acompañará para siempre como el mejor de los amigos. Te ayudará y te ayudará a andar a ti como tu la ayudaste a ella.
Te hablará con voces profundas y arcanas con el respeto y amor que tu le tuviste un día.
Te ayudará a meditar, a reflexionar, a buscar la sabiduría, a tomar partido por la razón .
Y a sentir compasión por el que aún no puede y tal vez nunca podrá pensar ni solucionar su entuerto.
Al alma hay que darle lo que necesita, hay que mimarla como a un niño y, como a un niño, no hay que consentirle. Porque si el alma pide lo que no es bueno, lo que destruye, o construye egoístamente, perjudicando al otro, entonces el alma no se alimenta, sino que se sacia de sustancias no nutrientes. Sólo nutre el bien. El alma que pide lo malo se alimenta de lo malo. Esa alma oscura no encontrará la paz. Siempre habrá en ella una sensación de arrepentimiento, de amargura, que la opacará y finalmente la enfermará.
El alma se enferma por haber sido descuidada, no escuchada, pero “Ay del alma enferma por arrepentimiento.” Se tendrá que ir al origen del camino mal andado y re-andarlo, subsanando los errores.
El alma se restaura como se restaura el viejo lienzo que guarda en sus entrañas la obra hermosa de un gran maestro. El tiempo, la humedad, la dejadez y, lo que es peor aún, la mano de otros artistas en el mismo lienzo, han hecho imperceptible la obra original. Con tu propio pincel debes buscar los trazos perdidos, los colores olvidados, las insipientes formas, las tuyas….hasta que, lentamente, como el nacer de una flor, comenzarán a aparecer las ocultas armonías de la obra de arte original. Y las reconocerás como tuyas, aflorará tu alma con su infinita belleza luminosa. Te reconocerás, te verás reflejado en el mágico espejo donde nos podemos observar, donde nos observamos y comprendemos quienes somos, cual es nuestro pensamiento y adonde nos llevará.. Pudiendo ahora al fin ver un camino sin nubes, donde los otros son pálidas voces imperceptibles, donde la voluntad del otro será una pequeña brisa al lado del viento huracanado de tu propia voluntad dirigida al objetivo anhelado. Te has conocido, te has visto, comprendes , ya ves la senda, ya puedes caminar con paso firme y seguro.
Desde la perspectiva del alma desarrollada y madura veremos las pequeñeces y mezquindades de la vida como lo que son: pequeñeces y mezquindades. No entraremos en juegos miserables o destructivos, no participaremos de la torpeza. Sentiremos, eso si, misericordia del que va un paso mas atrás, del que aún no ha logrado ver ni encontrar lo que tu has encontrado. Sin iras ni descontento trataremos de hacerles ver, hacerles encontrar lo que no ven . Como una mano amiga, sin imposición alguna, les debemos ayudar a desatar el nudo que finalmente no era ciego. Nunca lo es. Si nuestra ayuda no es efectiva, con amor, esperemos a que llegue para ellos el tiempo en que las cosas sean menos nebulosas.
El alma se restaura por el camino de la búsqueda de lo que es bueno para nosotros. La búsqueda de la senderos y atajos que nos pondrán en ese camino definitivo que nos ayudará a conseguir el fin anhelado. La búsqueda de los albergues y refugios que nos darán cobijo durante la búsqueda en sí, o durante toda la vida. La búsqueda de las personas con quien intercambiar amor y sólo amor. La búsqueda de tus verdaderos placeres. En definitiva, la búsqueda de tu ideal, de tu perfección.
La búsqueda es movimiento. El conformismo es lo estático. Éste solo puede ser parte de tu plan como un paso transitorio, como una pausa que espera el momento oportuno para l reanudar de la marcha. Te conformas y esperas paciente para no desesperar y así no coger el tren que no tiene ni rieles ni estación.
Una vez puestos en la misión de encontrar el camino ideal del alma, debes plantearte dicho camino como una gran escalera donde cada peldaño es fundamental para acceder al siguiente. No te lo saltes nunca. El primer peldaño es “lo que tienes”. Trata de encontrarlo placentero. No te impacientes. Reconoce y regocíjate en
La percepción de lo fundamental que es ese primer peldaño, y los que gradualmente vengan. Es tu realidad pura. Desde ahí comienza la ascensión peldaño a peldaño. Sin olvidar jamás que estamos subiendo , que vamos hacia arriba.
Es de gran importancia sentir la vibración de tu vida en cada una de las etapas de la ascensión, en cada peldaño de la escalera. Nunca hipoteques tu felicidad para el día en que llegues a …… No es así. Durante el proceso, durante cada peldaño, el alma sentirá que está en el camino, que está en función de un porvenir planificado por ella, que está en vías de su propia mejora. Entonces ella te enviará destellos de alegría, de paz, de energía, de satisfacción. Porque en la esperanza radica la intangible felicidad. Si tienes fe en tu camino, en el punto en el que te encuentres te encontrarás feliz. La felicidad es el proceso , no el fin.
Cuando lleves poco tiempo en tu escalera, con el cuerpo proyectado hacia arriba y el corazón bombeando mas sangre de la que tiene para que no flaqueen las fuerzas..entonces comenzarás a sentir los destellos de la felicidad que tu alma te enviará en señal de agradecimiento. El alma se está restaurando. El alma se comienza a iluminar. Comenzará a iluminar ahora a tu cuerpo y tu corazón. Destellará luz. Primero para ti , y luego, para los demás.
Comencemos a restaurar el alma.
Noviembre 2008